El Poder de la Palabra (Procura ser Amable Contigo y los Demás).
Hace algunos años que me quedé "sin trabajo", y lo pongo entre comillas porque el terminar una experiencia laboral no significa que el trabajo se acabe, pero si ese tipo de trabajo, sin embargo el duelo que se vive provoca sentirse incluso imposibilitado e incapaz en muchos sentidos, ya que un estado de depresión (puede ser leve o grave) aparece debido a que los niveles de serotonina y dopamina disminuyen en el cerebro, como resultado de un cambio brusco en nuestro estilo de vida, comenzando por la desaparición de la noche a la mañana de la rutina laboral que se genera cuando colaboras en una empresa o grupo organizado, lo cual podría aminorar el efecto si tienes un side business, (que no fue mi caso), y en este mundo en donde muchas veces el valor de las personas lo medimos con base en nuestra actividad laboral o a "lo que nos dedicamos", quedarse sin ella representa un buen reto.
Al principio me daba pena o incluso evadía y varias veces el tener que decir que estaba "sin trabajo", desempleado o similar, porque en mis adentros me sentía irresponsable, flojo e incluso disminuido en capacidades.
Un bombardeo mental de juicios, acusaciones y culpabilidad aplicaba diariamente a mi mente y cuerpo, el cual se creyó todo lo que le conté por algunos meses, ya que la palabra (expresada o sólo manifestada de forma interna) tiene el poder de crear y destruir, y de verdad no exagero al señalarlo así.
Seguro has escuchado de la Ley de la Atracción, e independientemente de que creas o no en ella, si debes de tener claros muchos escenarios en los cuales la palabra ha sido la que ha creado muchos momentos muy felices, porque un buen paisaje acompañado por palabras (internas o de un tercero) adecuadas, es la cereza en el pastel, las palabras crean momentos mágico y sellan relaciones para siempre con un simple "sí".
Pero también por otro lado, es la palabra justamente la que desata guerras, rupturas y diferencias, por lo que su poder (sin tener que recurrir a dimensiones cuánticas) de vida y muerte es evidente a diario.
La Fábula de la Rana Sorda escrita por Hsien-Sheng Liang sobre el poder de la palabra señala:
"Un grupo de ranas viajaba por el bosque y, de repente, dos de ellas cayeron en un hoyo profundo. Todas las demás ranas se reunieron alrededor del hoyo.
Cuando vieron cuan hondo era el hoyo, le dijeron a las dos ranas en el fondo que para efectos prácticos, se debían dar por muertas.
Las dos ranas no hicieron caso a los comentarios de sus amigas y siguieron tratando de saltar fuera del hoyo con todas sus fuerzas. Las otras seguían insistiendo que sus esfuerzos serían inútiles.
Finalmente, una de las ranas puso atención a lo que las demás decían y se rindió. Ella se desplomó y murió. La otra rana continuó saltando tan fuerte como le era posible.
Una vez más, la multitud de ranas le gritaba y le hacían señas para que dejara de sufrir y que simplemente se dispusiera a morir, ya que no tenia caso seguir luchando. Pero la rana saltó cada vez con más fuerzas hasta que finalmente logró salir del hoyo.
Cuando salió, las otras ranas le dijeron:”nos da gusto que hayas logrado salir, a pesar de lo que te gritábamos”.
La rana les explicó que era sorda, y que pensó que las demás la estaban animando a esforzarse más y salir del hoyo."
Se dice que en la NASA hay un póster de una abeja que dice: “Aerodinámicamente, el cuerpo de una abeja no está hecho para volar; lo bueno es que la abeja no lo sabe”.
Conclusiones:
1. Siguiendo la máxima de responsabilizarnos por nuestros actos, procura emitir palabras de forma consciente, porque si estas son producidas con el motor de la ira, rencor o tristeza encendido, la probabilidad de que puedas arrepentirte de lo que dijiste es muy alta.
2. Puede parecer contradictorio o complicado de lograr, pero no te tomes todo personal, ya que algunas veces no tenemos activado el sistema de la prudencia y decimos cosas que seguramente son producto de un sentimiento profundo que se hiere o es puesto en riesgo por alguna acción o ausencia de ésta que puede desatar la furia.
Recuerda que cada quien traemos diferentes cargas que luchamos diariamente por soltar, así que procura la empatía y no lo tomes a pecho, y si recibes palabras hirientes de algún desconocido(a) y/o apenas frecuentado(a), que seguramente no te conoce; con mayor razón no tomes el comentario o ataque personal, ya que pudiera ser que mucho de lo que dice es un auto-juicio, sólo que buscamos chivos expiatorios de nuestros auto-reclamos.
Crea tu realidad con los colores de las palabras y no formes juicios de ellas cuando sean emitidas sin pensarse.
Gracias de nuevo por leerme y seguimos en contacto. Abrazo!
Comments